El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se desarrolla después de una experiencia aterrorizante que involucra daño físico o la amenaza de daño físico. Este daño puede haber sido vivido por la persona o haberlo vivido un familiar, una persona cercana e incluso un desconocido.
El TEPT puede ser el resultado de diversos incidentes traumáticos, tales como asaltos, violación, tortura, secuestro o cautiverio, abuso infantil, accidentes automovilísticos o aéreos, bombas, o desastres naturales tales como inundaciones o terremotos.
Una fobia específica es un miedo intenso e irracional hacia algo que en realidad constituye una amenaza mínima o nula. Algunas de las fobias específicas más comunes son a las alturas, escaleras mecánicas, túneles, conducir en carreteras, espacios cerrados, agua, volar, perros, arañas, y heridas sangrientas.
Las personas con fobia social tienen miedo intenso, persistente y crónico a ser observadas y juzgadas por los demás y a hacer cosas que les producirán vergüenza. Se pueden sentir preocupadas durante días o semanas antes de una situación que les produce temor. Este miedo puede tornarse tan intenso, que interfiere con su trabajo, estudios y otras actividades comunes y puede dificultar hacer nuevas amistades o mantenerlas.
Aunque las personas con fobia social son conscientes de que sus miedos de estar con la gente son excesivos o irracionales, son incapaces de superarlos. Incluso en el caso de que logren enfrentar sus temores y logren estar rodeadas de otras personas, con frecuencia se sienten muy ansiosas de antemano, se sienten muy incómodas durante el encuentro y se preocupan durante muchas horas después de la situación pensando en cómo fueron juzgadas por los demás.
Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) tienen pensamientos persistentes y
perturbadores (obsesiones) y usan los rituales (compulsiones) para controlar la ansiedad producida por estos pensamientos. La mayoría de las veces, los rituales terminan controlando a la persona.
Aunque las temáticas más conocidas son las de limpieza o comprobación, hay muchos tipos de obsesiones diferentes, que van desde obsesionarse con la propia respiración hasta el miedo a hacer daño a alguien.
El trastorno de Pánico se caracteriza por ataques repentinos de ansiedad, generalmente acompañados por latidos fuertes del corazón, transpiración, debilidad, mareos o desfallecimiento. Durante estos ataques, las personas con trastorno de pánico pueden acalorarse o sentir frío, sentir un hormigueo en las manos o sentirlas adormecidas y experimentar náuseas, dolor en el pecho o sensaciones asfixiantes. Los ataques de ansiedad generalmente producen una sensación de irrealidad, miedo a una fatalidad inminente o miedo a perder el control.
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